Llovió,
Y yo camino por esta plaza en la que nos abrazamos incontables veces.
Nos recuerdo en nuestro juego preferido, el que mejor nos reflejaba:
Tan distantes, pero tan conectados...
Toda la fuerza que hacía para nivelarnos era inútil.
Una gota de lluvia, como una lágrima que pudo haber caído de cualquiera de nosotros, baila en este sube-y-baja.
De un extremo al otro.
Y no cae.
No cae.
El Sol ya se ha escondido,
Y la Luna generosa me dijo que cuidará de aquella lágrima esta noche.
Espero que nunca amanezca.
Espero que vos también la veas.
2 nov 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario