Entendí, a mi pesar,
que es ante la constante bienvenida
ese intolerable calor,
confort redescubierto,
que encuentro en mí
momentáneos rechazos
resistencia, desprecio
(¡bah! ¿por qué ocultarlo?
es lisa y llanamente temor)
que me incitan buscarme
en un falso espejo
que jamás ha de mostrarme lo que deseo
porque no soy otro que aquél que ya (des)conozco.
O quizá soy una mitad.
O quizá no soy.
Lejos del espejo, porque sé
lejos del deseo, porque sé
lejos, lejos, ¡lejos!
porque no sé cómo evitarlo
8 nov 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario