del menú de imposibilidades
elegí ser dios con minúscula,
pero no agrandé el combo y me quedé sin el poder de destruir lo que creaba
(la omnipotencia delirante, la más real por donde se la mire, siempre me pareció un acto de misantropía y egoísmo
y yo no sé si soy así…
no sé no sé no sé…)
ahora resulta que es mi poesía la que me escribe
y toda mi vida deviene en una teogonía ilegible
13 oct 2010
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2 comentarios:
ay este me encantó!
perdón por lo desaparecida, entenderás las neurosis y los deberes de traducción.
apenas se calmen hacemos algo con las otras dos deliradas :)
soy julia!
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