ya lo declaro:
¡fracasó el show de la amputación de la alegría gangrenada!
(yo lo admito:
todavía me gusta martillar la mano que ya no está,
aunque me queje sollozando,
fingiendo que eso es lo que más me está molestando
y no todo lo otro)
¡fracasó el show de la amputación de la alegría gangrenada!
(yo lo admito:
todavía me gusta martillar la mano que ya no está,
aunque me queje sollozando,
fingiendo que eso es lo que más me está molestando
y no todo lo otro)